¿Sabes preguntar? ¿Qué te hace pensar o creer que sabes preguntar? Comprueba hasta que punto sabes preguntar o haces buen uso de la pregunta.
Afirmar o negar está al alcance de cualquier persona ya que no requiere siquiera escuchar. En cambio, para preguntar es necesario no sólo escuchar sino también pensar; no basta con parecer inteligente, también es necesario serlo.
Las preguntas son la parte más importante en la comunicación. Nos permiten:
- Evitar malos entendidos, evitando así problemas.
- Encontrar soluciones a problemas existentes.
- Conocer más nuestro entorno, a otras personas y a nosotros mismos.
- Estar más y mejor informados y, por ende, tomar mejores decisiones.
- Comprobar y verificar la certeza de algo, aportándonos así mayor seguridad.
- …
Así, si preguntar es tan positivo, ¿a qué se debe que apenas preguntemos?. Sentimos temor a:
Una vez que dejamos de sentir temor a preguntar, la pregunta es: ¿Cómo preguntar bien?. Pues bien, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- La pregunta no debe ser una acusación encubierta.
Un padre pregunta a sus hijos “¿quién de vosotros me ha quitado la cartera?”. Quizá no recuerda dónde la guardo o la ha perdido. - No debe acotar la respuesta a aquella que nos interesa, ni siquiera insinuarla.
“Dime, ¿crees que con esa actitud conseguirás aprobar matemáticas?”, le dice una profesora a un alumno. Mejor sería preguntar “¿qué puedes hacer para aprobar matemáticas?” o “¿cómo puedo ayudarte para que aprendas matemáticas?”, etc. - Debe ser especifica.
Mejor “¿Cuál de los dos coches es mejor para realizar viajes largos y, ocasionalmente, utilizarlo para circular por la ciudad?” que ¿cuál de los dos coches es mejor?. - Debería ser abierta a varias respuestas.
En muchas conferencias al finalizar preguntan “¿alguna pregunta?” y el público permanece en silencio pues sólo le viene a la mente “sí” o “no” y eso no son preguntas. En cambio, cuando se dice “¿qué preguntas tenéis?” las personas piensan durante un momento o revisan alguna que hubiesen anotado durante la conferencia y la realizan. - Su objetivo no debe ser obligar a que la otra persona se justifique.
Un alumno llegó 5 minutos tarde a clase de Biología, preguntó si podía entrar y la profesora le respondió con otra pregunta: ¿por qué llegas tarde?. El alumno, ya sabía que la profesora utilizaría su respuesta para ponerle en evidencia ante sus compañeros así que respondió “lo siento, no he tenido motivo alguno para llegar tarde, la pregunta es ¿puedo asistir a su clase para aprender biología?. Finalmente, entré y asistí a esa clase ;-). - Se debe preguntar para solicitar aclaraciones.
En vez de estar interpretando y juzgando continuamente lo que dice la otra persona, mejor preguntar “¿a qué te refieres?“ o “he entendido …, ¿es así?”.
- Escuchar antes de preguntar.
Durante un diálogo hay que prestar atención a la otra u otras personas antes de preguntar. Es habitual estar pensando qué diremos después en vez de estar escuchando. - Utilizarlas como respuesta.
En ocasiones nos pueden realizar preguntas que podemos interpretar de varias formas: en una reunión una persona pregunta ¿qué os parece el nuevo empleado?. Ante esta pregunta cabe responder con otra “¿te refieres a su conducta, capacitación profesional, trato personal? ¿a otra cosa en concreto?”, así la siguiente pregunta será especifica. - Debe ser respetuosa.
Parece obvio, pero no muchas veces no lo son. La pregunta “¿qué opinas de que los maricones se casen?” puede convertir un dialogo en una discusión o, simplemente, acabar con él. - La pregunta debe ser simple y única.
Cuando una pregunta es compleja, o se realizan varias una tras otra, se está obligando a quién tiene que responder a esforzarse en recordar las preguntas y ésto dificulta el diálogo.
Saber preguntar es más importante que saber responder, si bien debemos tanto aprender a preguntar como aprender a responder.
Acerca de Cecilio Sánchez «Cean»Dicen que hago periodismo y que soy activista social. Retransmito en directo luchas sociales en
Periscope, denuncio injusticias y defiendo diariamente los Derechos Humanos. Desde Murcia (España) para todo el mundo y las 24 horas del día en
ceciliocean.es.
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Buen post Cean. Y junto al del 14 de Mayo de 2006, sólo me queda preguntar:
Qué es primero: Aprender a preguntar?
o Aprender a responder?
Si ninguna de las anteriores; por favor Cean; postear sobre: Aprender a pensar. Luego tal vea necesario el post Aprender a reflexionar. Gracias.
PS: Y al final; ese sin falta: Aprender a Des-aprender.
José, te falto a decir que escriba como no aprender lo que no se debe aprender, así evitamos luego el desparender, ¿cierto? ;-)
Saludos.
No sé, yo no veo tan claro esta especie de “Manual de la Buena Pregunta”. Por ejemplos opino que los puntos 2-3 y 8 se contradicen entre sí: o sea, ¿no hay que acotar la pregunta o su posible respuesta pero sí ser específicos?
Por otro lado, la voracidad también nos puede hacer caer en el preguntismo, u obsesionarnos por hacer preguntas y hacerlas bien que acabemos siendo unos preguntones que se deleitan en escucharse a sí mismos los bien que preguntan cuando a lo mejor no hacía falta…
Iñaki, no percibo esa contradicción que comentas. Una pregunta no debe ser una afirmación encubierta y ni siquiera insinuar una respuesta, lo cual es perfectamente compatible con que sea específica cuando así se requiere. Por ejemplo, si te pregunto “¿cuál es el mejor buscador en Internet?” tendrías que preguntarme “¿para qué?”, pues no te lo indiqué en la pregunta, de lo contrario se puede crear un malentendido.
Eso de “preguntón” es un calificativo propio de ignorantes, de ahí que éstas personas se lo atribuyan a los niños que disfrutan aprendiendo y no temen preguntarles por aquello que desconocen. Por supuesto, todo en exceso es perjudicial así como por defecto.
Como indica una cita atribuida al Duque de Levis “Es más fácil juzgar el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas”.
Quizá no comprendí a qué te referías. De ser así, házmelo saber.
Saludos.
¿Dónde está la frontera entre una pregunta específica y una pregunta con respuesta implícita? Si especificamos una pregunta en cierto modo estamos acotando la respuesta, ¿no?
Por otro lado, supongo que las preguntas retóricas estarán fuera este juicio…
¿Cuál es la frontera a partir de la cual una pregunta está bien especificada? Porque de nuevo la voracidad y/o el ser maniáticos podría llevarnos a situaciones grotescas como por ejemplo preguntar en una tienda:
“¿Qué televisor de entre 1000 y 1245 euros me recomienda para ver los partidos del Getafe un domingo desde un sofá que está levemente de soslayo?”.
Estamos de acuerdo que lo excesivo es perjudicial. Si alguien pregunta en exceso ¿es perjudicial? Si alguien pregunta en exceso ¿puedo llamarle preguntón?.
Estamos de acuerdo en que preguntar es un recurso necesario. Ahora bien, no has especificado si es preguntar a otro o preguntarse a sí mismo. Pensemos en este punto también.
En cualquier caso… ¿Dónde están las fronteras?
La especificidad hace referencia al contexto (ej: en ¿cuál es el mejor coche para viajes largos? viajes largos es el contexto) y a los casos donde la respuesta es múltiple pero acotada (ej: ¿podemos hablar de nuevo el próximo miércoles o jueves? ya denota que el resto de los días no es posible).
Una persona que sabe dialogar sabe obtener lo mejor de cada pregunta y respuesta, no está en permanente juicio de si la pregunta o la respuesta es buena, mala o tonta. Así, en la pregunta del televisor respondería preguntando (ej: ¿qué distancia hay entre el sofá y dondé ubicará el televisor?) para así conocer que quiere y necesita esa persona.
Las preguntas son fundamentales siempre, tanto para el diálogo con otras personas como para el diálogo interno. Preguntarse es una de las tareas más difíciles ya que hay que manejar la duda y esto nos puede ser estresante.
A una persona que pregunta demasiado puedes denominarla como quieras, incluso no etiquetarla, ¿o no? :-)
Las preguntas retóricas se utilizan cuando la respuesta es única y evidente. Por tanto, para utilizarlas hay que tener una clarividencia del tema que se está tratando muy alta.
Si me he dejado algo me lo comentas.
Saludos.
Sólo un apunte para no eternizar este “debate”, y es acerca de las preguntas retóricas. No estoy de acuerdo en que éstas se utilicen cuando la pregunta es única y evidente (=invisible?). Una pregunta retórica es, por definición, aquella que no espera ser respondida.
Por ejemplo, en una conferencia, el ponente puede interpelar a su audiencia con una pregunta retórica en mitad de la discusión del tipo “¿No sería mejor que todos fuéramos más honestos?” (por decir algo). Tras lo cual continúa con su charla. La respuesta a esa pregunta retórica no es ni única ni evidente. Es más, se emplea para suscitar un debate interno en la persona que la escucha.
Eso era todo :-)
El caso que comentas es un monólogo, no un diálogo. Ahí la figura de la pregunta retórica resulta muy útil. Sin embargo, sí hay que ser prudente utilizándolas ya que las personas que no estén de acuerdo con la respuesta escogida dejarán de escuchar, abandonarán la conferencia o perderán el interés por la misma aunque permanezca en ésta.
Las preguntas son bidireccionales, las preguntas retóricas son unidireccionales (no esperan contestación) pues son afirmaciones encubiertas. Bien utilizadas, facilitan la comunicación. Prueba de ello son las numerosas ocasiones que las personas parecen corresponder durante la conferencia a estas preguntas y luego muestran su decepción tras la misma debido a qué la persona que impartía la conferencia se basaba en “verdades” que consideran que no son tales.
En definitiva, dialogar es interesante, no resulta fácil y las preguntas son parte fundamental del diálogo.
Por mi parte, podemos debatir o intercambiar matices, ideas, interpretaciones, conocimientos de forma indefinida siempre y cuando se aprenda.
En el contexto de la pregunta del tipo “¿qué os parece el nuevo empleado?”, ¿no crees que la ambigüedad de la cuestión puede ser intencionada para que el que responda se retrate mejor a si mismo al inclinarse por el aspecto físico, el rendimiento profesional, el carácter o el puro prejuicio hacia esa persona?. Por cierto, ¿Crees que esta pregunta está bien formulada? ;-).
Me gusto mucho el tema.los puntos anteriormente mencionados son muy ciertos ya que hacer una buena pregunta lleva a una buena respuesta, a un dialogo más fluido y fácil de entender .
Creo que esto también servirá para que la gente pierda el miedo a preguntar por temor a quedar de ignorante, pero… ¿no es mejor preguntar a quedarse con la duda?
Francisca, el problema es que muchísimas persona ni siquiera dudan, de ahí que no pregunten.
Lo más interesante, es que una “mala” pregunta puede ser correspondida con una "buena" respuesta. El entrecomillado se debe a que considero que no hay preguntas buenas ni malas, esto tan sólo es resultado de la costumbre de estar juzgando permanentemente todo.
Hola Cean. Estaba pensando que el estilo con el que la gente realiza preguntas es una cuestión que se ha aprendido básicamente en casa. Es guay que nos muestres las pautas para preguntar sin ser malentendido. Pero claro, si no tienes este estilo de preguntar, adaptarse a él puede ser, por decir algo, artificioso. Es decir, si no sale natural, no sale. No se puede aprender de memoria como si fueran conocimientos. Me ha gustado el punto donde hablas de ser más específico. A mi me ha pasado muchas veces que he hecho preguntas o comentarios y no se han acabado de entender o me he tenido que explicar mejor porque no especificaba. Yo creia que sí, claro, pero pensandolo bien, creo que el contexto en el que formulaba la pregunta estaba sólo en mi mente y no lo acababa de hacer explicito. Sin embargo, es que asi es como nos “entendemos” en casa!! En mi familia siempre han sido parcos y lacónicos hablando…
Aurelia, me alegro de leerte de nuevo. Hace 1, 2, 3 … bueno, demasiado tiempo que no sabía de ti.
Las pautas para preguntar mencionadas en el artículo nos sirven para, primero, tomar conciencia de cómo preguntamos y, segundo, aprender nuevas formas de preguntar. Ciertamente, al inicio parecerá algo artificioso, de la misma manera que lo es las primeras veces que conducimos un automóvil, por ejemplo. Sin embargo, llegará el día que sea parte de nosotros al igual que otras tantas herramientas que adquirimos en nuestra vida.
Gracias por ejemplificar el punto de “ser específico al preguntar”. Muchas veces detecto como unas personas están viendo lo que dicen mientras otras apenas pueden entender a que están refiriendo las primeras.
Espero más comentarios tuyos, siempre aprendo.
Un saludo.
Apreciado<Cean> Gracias por tu articulo, sabes compartir; ojala, tu tambien te hayas hecho las preguntas mas importantes en la vida de todo hombre super inteligente, como; Quien soy Yo? Cuales son mis origenes y el proposito de mi vida en esta tierra? Existe un Dios creador? Creo sinceramente que, se puede conocer el pensamiento y el caracter de una persona, a traves de las preguntas que formula; y de las respuestas que de, pero sobre todo, saber de donde saco la respuesta. Y , queria tambien naportar, que las buenas preguntas abiertas y que apelan a la razon y a la intencion; son las mejores; es decir la vida se hace mejor, cuando somos humildes, y trabajamos las preguntas en grupo, con un proposito, reconociendo, nuestras limitaciones. Ya que somos finitos. te felicito <Cean> Ramon
Para mi me fue útil. Soy abogado y es necesario aprender a preguntar en los juicios, eso es lo que me interesa. Saber hacer una pregunta cerrada, abierta y precisa sin inducir a nadie y evitando adjetivaciones. Cada día me doy cuenta que soy huérfano en esta materia y que debería estudiar letras. Gracias por el esfuerzo de poner tu pensamiento aquí. A mi me fue de utilidad.